Género:
- Microrrelato
Enlace al taller:
Ya se lo decía a mi padre cuando, de niño, ahogaba hormigas en un barreño: “Están por todas partes, ¿es que no las ves?”.
“No pasa nada, mi vida”, me consolaba mi madre, de madrugada, al oír mis llantos. “¡Quítamelos!”, le rogaba.
Día tras día, cucarachas, moscas y otros insectos fueron cubriendo por entero las paredes de mi casa; luego, la calle. A cada paso le seguía el irritante crujido al pisarlos, pero nadie hacía nada.
No comprendí por qué hasta el día en el que vi chinches recorriendo la cara de mis padres; en hileras que nacían en los agujeros de su nariz y llegaban hasta sus oídos. Tiempo después, no hubo rostro en el vecindario libre de insectos.
Hoy he visto abejorros en la cara de las personas que salen en televisión. Al final, esos bichos, han conseguido controlarlos a todos.
Menos a mí.
Ignoro cómo, pero los sacaré de cada ser humano.
Aunque sé que no bastará con un barreño de agua.
Comentarios
Inquietante, sugerente.
Inquietante, sugerente.
Las observaciones al taller.
Geli
me gusta el estilo
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