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Enlace al taller:
Mi padre era el farmacéutico del pueblo. Un hombre muy seductor con su clientela. Yo fui la consecuencia del último encontronazo de mis padres. Cuando nací se separaron. A mí me tocó vivir con mi madre. Pero cada tarde, al salir de la escuela, iba a la Farmacia donde recibía el bocadillo de la merienda, casi siempre pan untado en foie-gras, no lo he vuelto a comer, antes debía darle un beso a mi padre. Temerosa, rozaba mis labios contra su mejilla. Después, podía desaparecer diluida entre las estanterías de los medicamentos o esconderme tras las tapas de un libro. Sentía que nadie reparaba en mi presencia. Me volví una niña tímida y algo huraña. Cuando salían palabras de mi boca eran como disparos a bocajarro. Me limitaba a repetir la letanía que escuchaba a diario en casa de mi madre.
Comentarios
Hola, Bea. Creo que tu texto
Hola, Bea. Creo que tu texto se ajusta muy bien al enunciado de este Deber. Podemos imaginar rasgos del carácter de tu padre, a través de lo que narras: complaciente con la clientela, rígido con los de casa. Repasa los signos de puntuación, la ausencia de tilde en "A mí me tocó...". El final me hace ruido por que me resulta precipitado. Dejas de contarnos una escena, para narrar otra muy distinta:en qué derivó la relación con tu padre al cabo de los años.
Un beso.
Geli
Hola Geli,
Hola Geli,
Pensaré en ese final, a ver qué se me ocurre. Siempre me falla esa tilde, me aplicaré. Gracias por tus comentarios.
Besos,
Bea
Hola, Bea.
Hola, Bea.
Me llama la atención el contraste de ser seductor con la clientela e indiferente con su hija.
Un abrazo.
Miguel
Hola MIguel,
Hola MIguel,
Hay personalidades que son así de contradictorias. A ver si tengo tiempo para darle una vuelta al texto y ponerle otro final.
Gracias por tu comentario
Bea
En una relectura, ese "no lo
En una relectura, ese "no lo he vuelto a comer" resuena profético. Pero es verdad, el final es precipitado.
¿Qué os parece el nuevo final
¿Qué os parece el nuevo final?
Como apostillan aquí, el
Como apostillan aquí, el final es precipitado. De todos modos, no perdamos de vista lo que se sugiere en el ejercicio:Es como si un amigo viniera y nos dijera: "Mi infancia fue un calvario, pero no te contaré nada".
Hay una contradicción en las últimas líneas: "Así fue como dejé de hablar. Me volví una niña tímida y algo huraña. Cuando salían palabras de mi boca eran como disparos a quemarropa.Yo me limitaba a repetir la letanía que escuchaba cada día en casa de mi madre."
Saludos