Estructura interna de la narración

La estructura interna de una narración es la manera en que se distribuyen y encadenan los distintos hechos a lo largo del texto.

Según los cánones tradicionales, el relato se divide en tres partes: planteamiento, nudo y desenlace.

 

De una manera básica podemos explicarlas como sigue:

  • El planteamiento es el momento inicial, cuando se presentan los personajes y se describe su ubicación en el espacio y el tiempo.
  • El nudo del relato nos muestra la aparición de un conflicto y su repercusión con respecto a los personajes y situaciones.
  • El desenlace es el segmento de la historia donde se resuelve, de una forma u otra, ese conflicto.

Hasta aquí, la estructura clásica atribuida al cuento.

 

A los fines prácticos, suelo ceñirme a la variante que plantea M. DiMarco en Atreverse a escribir, Editorial Sudamericana 2002 p. 111 y s.s., y que resumo a continuación.

 

  • Situación inicial: cuenta el estado de las cosas, el ámbito donde se desarrollará la narración. Es lo que sucede antes del verdadero comienzo de la historia. No necesariamente es sosegada o apacible.
  • Disparador: Algo o alguien interfiere con la situación inicial. Lo nuevo, lo inesperado, ataca el estado de las cosas.
  • Conflicto: del choque entre la situación inicial y el disparador, resulta una contrariedad, una traba. A estos fenómenos se les llama conflictos. Cambian la vida de los personajes, para mal o para bien. Es el juego de tensiones y distensiones del que hablaba Anderson Imbert.
  • Resolución: esas tensiones y distensiones tienen que resolverse de algún modo. Las cosas tomarán un rumbo y desembocarán en una nueva situación de la que no se puede regresar: el final.

Esta división en cuatro “tempos” narrativos, resulta —para el escritor novel— mucho más sencilla y fácil de determinar que la clásica.

Entre la situación inicial y la resolución, se opera una transformación en alguno de los personajes. Si un hombre decide cometer un asesinato y lo lleva a cabo, no tenemos cuento. Pero, si “un hombre juega en el casino, gana una fortuna; vuelve a su hotel y se suicida”, la cosa cambia. Las comillas destacan una cita de Piglia, referida a Chejov.

Desde Caperucita Roja hasta Noches Blancas, cumplen con este requisito: la estructura.

Como modelo, me permito sugerir la lectura de “A la deriva” de Horacio Quiroga. Lo considero uno de los cuentistas más exquisitos y ejemplificadores.

 

Variaciones en la estructura interna de la narración

La estructura de la narración puede seguir un orden lineal o cronológico (los hechos se suceden uno a continuación del otro en una secuencia temporal); o bien adoptar un orden no lineal, donde se producen rupturas temporales (retrospectivas o prospectivas) que vienen a ampliar la visión del lector, o a despertar una mayor expectativa.

De acuerdo al final que presente el texto, podemos hablar de estructura abierta donde el relato se interrumpe antes de llegar al desenlace, y es el lector quien debe imaginarlo; o de estructura cerrada, donde el final no permite ninguna continuación.

Comentarios

Esta nota literaria que nos

Imagen de Geli

Esta nota literaria que nos propones es muy didáctica y esclarecedora. La división en cuatro fases, en contraposición con la clásica de tres, es mucho más práctica para los escritores noveles.

¡Yupiiii! ¡Qué manera de aprender!

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Geli

Es que DiMarco es mucho

Imagen de Oscar

Es que DiMarco es mucho DiMarco.

Creo que su desglose de la estructura viene muy bien para conjugarlo con el ¿qué pasaría si...? que tanto me gusta.

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