"En general, uno cree que tiene talento, porque se considera talento el don de asimilación y la facilidad de escribir.
¿Cómo se puede llegar a saber si realmente se tiene talento y si lo que se escribe vale la pena? No hay más que un medio: preguntárselo a los demás.
Pocas personas son capaces de juzgar sus propias obras. Alabándose o criticándose uno mismo, casi siempre se equivoca: o se es indulgente o se es injusto (...) Literariamente nadie se conoce, nadie es capaz de verse. Para conocerse y verse hay que recurrir a las luces del prójimo."
Un texto (cinco cuartillas) que viene tan a cuento que podríamos proponerlo como leitmotiv de "Borradores".
Pueden (¡deben!) descargarlo aquí.