La tenemos justo delante. Es pálida como un fantasma, paciente como una semilla enterrada(se sobreentiende, innecesario) esperando germinar. Silenciosa como una tumba vacía en una noche de invierno(no aporta nada al "silencio"). Amable y expectante, como una mano tendida hacia nosotros. Nos vigila sin ojos y tiembla cuando respiramos. La amamos, pero también la odiamos. Su única posibilidad de sobrevivir es que, después de ser finalmente(me sobra el adverbio) mancillada por nuestros despiadados lápices, nos cautive el fruto engendrado. Solo así evitará acabar marchita y arrumbada, cuando no dividida en mil tristes pedazos.
Comentarios
La tenemos justo delante. Es
Buen micro, Rafa.
Me ha gustado mucho lo de "arrumbada".
Miguel
Muchas gracias, Miiguel. Tus
Muchas gracias, Miguel. Tus correcciones me parecen muy oportunas.
Buena caracterización y
Buena caracterización y buenas correcciones.
Geli